0057_Agustín Acosta. Segundo. 22
Agustín Acosta 22º
II
Después de tanto madrigal, la muerte,
paragoge a sus dulces armonías,
cantó en su corazón joven y fuerte
sus misereres y sus letanías.
Estaba solo en su retiro... Era,
lejos del mundo y de los hombres, como
una pálida flor que se muriera
en la vulgar suntuosidad de un cromo.
Su corazón romántico e inmenso,
poeta del champaña y del incienso,
perdió en Eulalia su visión querida...
Y le vencieron con la misma suerte,
después de tanto sollozar, la vida;
después de tanto madrigal, la muerte!
Compartir en redes sociales
Esta página ha sido visitada 341 veces.